InicioPortadaVIOLENCIA DIGITAL: EL DELITO DE LA NUEVA ERA

VIOLENCIA DIGITAL: EL DELITO DE LA NUEVA ERA

*De ahí se derivan, robo de identidad, extorsión, pornografía, difusión ilegal de contenido, trata virtual

*Inteligencia Artificial y redes, principales herramientas de depredadores

*No hay clase social ni rubro a salvo de los delincuentes cibernéticos

*México ocupa el octavo sitio a escala mundial en dicho ilícito

José Sánchez López/Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo

Ciudad de México. – “El delito de violencia digital debe ser considerado como el ilícito de la nueva era, cuyo modus operandi evoluciona y del cual se derivan otros crímenes, con un costo que puede ser grave para la sociedad, empresas y gobiernos, de no actuar con eficiencia y celeridad para combatir el delito del siglo”, dijo Juan José Domínguez Ochoa, director de Prestadoras de Servicios de Certificación (PSC), enfocadas fundamentalmente en dar seguridad digital a empresas.

El directivo, quien añadió que México ocupa el segundo lugar en delitos cibernéticos en América Latina y el octavo a escala mundial, explicó que de 2019 a 2022 aumentó 185% el delito de robo de identidad.

Clarificó que el robo o usurpación de identidad ya forma parte de la violencia digital, que busca causar daño a la integridad, dignidad, seguridad y bienestar a las personas, misma que se da cuando una persona obtiene, transfiere, utiliza o se apropia de manera indebida de datos personales de otra, sin autorización, para cometer un delito.

En opinión del directivo, los diversos delitos que derivan del robo de identidad, precisó, pueden ir desde extorsión, pornografía, difusión ilegal de contenido, trata virtual de personas, fraudes, estafas y robos.

Como ejemplo, expuso el caso de alumnas del Instituto Politécnico Nacional que encontraron en el iPad de un compañero, más de 20 mil fotografías de mujeres que descargó de redes sociales, las alteró con Inteligencia Artificial para mantener su rostro y ponerles un cuerpo desnudo y después venderlas en Internet.

La analista en ciberviolencia, Sandra Muñoz, explicó que el perfil de las víctimas de este delito, cuyo Código Penal castiga con no más de cinco años de cárcel a los delincuentes, es de mujeres de entre 18 y 24 años de edad, de las cuales el 72.3 por ciento de las afectadas tiene escolaridad universitaria y el 13.8 por ciento, preparatoria.

De acuerdo con el informe de Violencia Digital del Frente Nacional para la Sororidad (Solidaridad entre mujeres ante situaciones de discriminación sexual y actitudes y comportamientos machistas), el rango de edad de las personas agresoras va de 18 a 30 años, de las cuales el 84 por ciento es mayor y el 16 por ciento menor de edad.

-Estas personas, agregó Sandra Muñoz, utilizan la Inteligencia Artificial para vulnerar a las mujeres, sexualizarlas, desnudarlas, dañar su dignidad, privacidad y su intimidad, pero no solamente con esas aplicaciones sino también mediante Instagram, Telegram, Whatsapp, Facebook y demás plataformas que permiten que haya sujetos exhibiendo y comercializando fotos reales, simulando que fueron tomadas en la intimidad y compartidas sin consentimiento.

La psicóloga Alejandra Morena, resaltó que los perfiles de quienes roban la identidad de las mujeres, generalmente son hombres que las vulneran y cosifican (cuando alguien es usado como un cuerpo que sólo existe para el uso y placer de otros), porque piensan que no tienen derechos, voz, ni voto, que son objetos y pueden hacer con ellas lo que sea con su imagen, con su vida y su reputación.

De acuerdo con los datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Policía Cibernética atendió 755 casos de suplantación de identidad en 2019, cifra que subió a 958 al año siguiente y durante la pandemia los reportes por estos delitos aumentaron. En 2021 las autoridades registraron mil 859 y en 2022 el número pasó a 2 mil 52 y hasta los primeros cuatro meses del año en curso ya se habían registrado mil 283 hechos.

Salvador Guerrero Chiprés, presidente del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, señaló que en los primeros nueve meses de este año, se atendieron mil 328 casos, mientras que todo el año pasado fueron 463.

Los delitos principales que se derivan de la violencia digital, pueden ser extorsión, pornografía y usurpación de identidad, de acuerdo a la Policía Cibernética.

Guerrero Chiprés advirtió que la creación de imágenes y fotografías con Inteligencia Artificial es un nuevo fenómeno que puede causar daño a la vida de las mujeres y personas que son víctimas de robo de identidad, por lo que hay que comprender la amenaza que implica al conectarse con las intenciones dolosas o culposas de individuos en lo particular o de organismos delictivos que aprovechan la propia huella digital.

De acuerdo a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, les robaron la identidad a 2 mil 88 trabajadores para gestionar créditos fraudulentos, causando un daño por los 340 millones 739 mil 824.50 pesos, de los que solamente se han recuperado 11 millones 578 mil 134.13 pesos, es decir, sólo el 3 por ciento. Además de que sólo se tenía el registro de dos funcionarios del INFONAVIT cesados por “omisión”.

De acuerdo a dicho instituto existen tres tipos de fraude: el robo de identidad para adquisición de vivienda, la adquisición de créditos Mejoravit para remodelación de vivienda y el retiro del ahorro de la subcuenta de vivienda del derechohabiente.

Datos de la Gerencia de Denuncias, Investigaciones Especiales y Asuntos Penales del INFONAVIT, indican que, de los 237 casos de usurpación de identidad en crédito para adquirir una casa, la mitad
(117) rebasaron el millón de pesos.

Tan sólo en el primer semestre de 2021, se habían registrado 40 casos de robo de identidad en la compra de vivienda por un monto global de 59 millones 425 mil 426 pesos. El Valle de México con 8 casos; Jalisco, con 6 casos; así como Tabasco, Chiapas y Veracruz con 4, cada uno.

Los robos de identidad en los que el daño superó los 2 millones de pesos en la compra de vivienda, comenzaron en el 2019 y fue en Jalisco el primer caso reportado.

Hasta julio del 2021, sumaron 20 casos de fraude por montos de más de 2 millones de pesos para comprar una vivienda, en entidades como Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Sonora, Tabasco, Valle de México, Veracruz y Zacatecas.

El crédito más alto en fraude se gestó en el 2019, en Colima, por 2 millones 597 mil 999.80 pesos.

Entre algunos de los casos figuran los siguientes:

Mariana es una víctima de este crimen digital. Supo que era víctima de ese delito porque en 2022 su novio le informó de un perfil falso en Instagram, con un enlace a un sitio web de contenido para adultos.

Se enteró por su novio y sus amigos, que alguien robó fotografías de su cuenta de Instagram para usarlas en Wix una página web de pornografía.

Muchos de ellos me ayudaron a denunciar en Instagram el perfil, pero los perfiles en Instagram y la web pornográfica aún están activos.

Lucía vive en Las Tinajas, en Cuautitlán Izcalli. Renunció a su empleo en Argo Artes Gráficas el 28 de enero de 2016. Pidió su liquidación y la empresa le informó de una retención de descuentos del INFONAVIT con fecha el 27 de enero de ese mismo año.

El documento sólo tenía su nombre, más no su firma, con un aviso de descuento por mil pesos mensuales. No tiene manera de comprobar que efectivamente dejó de laborar ese 28 de enero por no entregar de manera formal su renuncia.

Habían tramitado un crédito por 22 mil 780 pesos de MEJORAVIT a su nombre. Ella se enteraría de ese fraude tres años y medio después, cuando la deuda ya se había duplicado. Y tuvo que pagarla.

En Guadalajara dos personas fueron víctimas de compra de casas a su nombre, incluso a través de un crédito conyugal falso, mientras que una más fue víctima de fraude en MEJORAVIT.

Emma tomó las riendas de su caso, desde que su empresa le alertó el 4 de febrero del 2021 de un aviso de tramitación de crédito del Infonavit desde Saltillo, Coahuila, para la compra de una vivienda.

Se enteró que ya “estaba casada y que su marido” había tramitado un crédito por 3.5 millones de pesos, en plena pandemia. En sólo tres meses se había consumado el fraude. El 26 de noviembre lo iniciaron, el 31 de diciembre firmaron escrituras y el 2 de febrero depositaron el dinero.

Arturo detectó por casualidad el fraude al que fue sujeto a través de un crédito del INFONAVIT para la compra de una casa en Tonalá, Jalisco, en diciembre del 2017, por 950 mil pesos.

Quiso conocer cuánto tenía ahorrado. Consultó su saldo por internet y se enteró que su subcuenta de vivienda estaba en ceros.

Investigó por su cuenta. Acudió a diversas instancias gubernamentales y privadas y luego de meses de vía crucis logró demostrar que la credencial del INE presentada para el trámite tenía sus datos correctamente, pero con otra fotografía y una firma distinta.

Cuando se iniciaron las investigaciones a fondo, los agentes descubrieron que “el dueño” no vivía en el inmueble, pero sí lo tenía en renta.

No obstante, tuvieron que pasar más de tres años y medio para que finalmente Arturto pudiera recuperar su dinero.

Angélica, ingeniera biomédica, vio reflejado el descuento en su recibo de nómina en octubre del 2020. La empresa argumentó que el descuento era por la tramitación de un crédito por 125 mil pesos para mejoramiento de vivienda.

Como en el caso anterior se puso a investigar y pudo demostrar que en el expediente del INFONAVIT no aparece su firma ni existe alguna copia del INE, aunque sí tenían sus datos personales.

A finales de mayo del 2021 el INFONAVIT admitió que, efectivamente, Angélica había sido víctima de robo de identidad, pero a la fecha aún no puede recuperar su dinero.

Angélica María Carrillo Aguilar ya no estaba en ese momento laborando, por lo que le pidieron darse de alta en el IMSS y así concretar el depósito, proceso en el que se encontraba al momento de la entrevista, el 28 de agosto de 2021.

Gina supo por el recibo telefónico que fue víctima de fraude.

En una llamada los estafadores dijeron ser empleados bancarios. Sus hermanos no tuvieron empacho en dar toda clase de datos.

Al siguiente recibo del teléfono fue enterada que tenía un adeudo por 60 mil pesos tras la adquisición a crédito de una pantalla y otros aparatos. La compra se había realizado correctamente con los trámites y la documentación necesaria para efectuar una transacción de ese monto.

Tendría que liquidar durante 24 meses pagos por 2 mil 400 pesos con cargo directamente en su recibo telefónico.

Sin embargo, Georgina pidió la documentación que se había presentado en su nombre para la operación. Después de varios meses de insistencia la tienda de Telmex inició una investigación.

Coincidía su domicilio, número telefónico, fecha de nacimiento y otros datos, pero al cotejar la credencial de elector que se tenía registrada en la compra se descubrió que era falsa. Empleados de la misma empresa telefónica habían robado la información y utilizaron una credencial de elector apócrifa para realizar las compras.

José recibió una llamada de su banco. Le pidieron actualizar algunos datos de su cuenta. Lo envolvieron y sin objetar dio toda la información.

A la semana siguiente le habían vaciado su cuenta. Se robaron 300 mil pesos con una simple llamada telefónica.

Entre sus gastos diarios y el trámite para aclarar su situación, actualmente está sobre endeudado y nada garantiza que José Luis pueda recuperar su dinero.

Andrea, usuaria ejemplar de la tarjeta de crédito. No tiene ningún atraso en sus pagos, liquida todos sus adeudos en una sola exhibición porque sabe que el plástico la puede sacar adelante en una emergencia.

Un día recibió varios correos electrónicos de su banco alertando que su tarjeta estaba bloqueada por mal uso. Para reactivarla, debía actualizar su información según las indicaciones de los correos.

En menos de tres minutos llenó el formulario con todos sus datos incluidos los números de tarjeta y cuenta. Media hora después recibió una notificación de que había realizado diversas compras por 30 mil pesos.

Con su nombre, se había adquirido una computadora y una cámara fotográfica. Acudió al banco para aclarar el cargo, pero no ha podido demostrar que ella no realizó la compra. Le dijeron que no debía hacer caso de los correos, así que tuvo que asumir la deuda.

Y así, como los anteriores casos hay muchos otros más en los que la habilidad e ingenio de los defraudadores o la ingenuidad de los afectados resultan determinantes para que el delito de violencia digital siga expandiéndose a lo largo y ancho del país.

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